Qué ser de origen animal transformaría su vida en palabras?
Qué culpa expiamos?
Y, sin embargo, al escribir palabras como éstas, también vivo.
Me acerca todo esto a los aullados signos de los lobos,
a esa música templada de lo indómito?
O te utilizo como si simplemente fueras un río o una guerra
cuando estás ausente e intento crearte con palabras?
Y de qué manera he usado esos ríos, cómo he usado esas guerras,
para evitar escribir sobre lo peor?
Escribir, no sobre los crímenes de otros,
ni siquiera sobre nuestra propia muerte,
sino sobre la impotencia de no querer nuestra libertad
con tanta fuerza, de manera que los olmos marchitos,
los ríos enfermos, y las matanzas parecieran meros
reflejos de nuestra profanación?
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