26.11.15

Marilynne Robinson. Sobre los anhelos

Y aquí de nuevo hay un presagio: el mundo será uno, una totalidad. Porque anhelar una mano sobre el cabello es casi sentirla. Así que, sea lo que sea lo que perdamos, el anhelo nos lo devuelve. Aunque soñemos y raramente seamos conscientes de ello, el anhelo, como un ángel, nos acoge, nos alisa el pelo y nos trae fresas silvestres.


De "Vida hogareña"

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