11.3.16

Louise Glück. La reina de Cartago

Brutal, amar,
más brutal morir.
Y brutal más allá del alcance de la justicia
morir de amor.

Al final. Dido
convocó a sus damas de honor
para que vieran
qué duro destino le habían impuesto las Parcas.

Dijo: «Eneas
vino a mí sobre las resplandecientes aguas;
yo le pedí a las Parcas
que le permitieran corresponder a mi pasión
aunque fuera por un tiempo breve. Qué diferencia
entre aquello y toda una vida: en verdad, en esos momentos,
es lo mismo, ambas cosas son la eternidad.

Recibí un espléndido regalo
que intenté aumentar, prolongar,
Eneas vino a mí sobre las aguas: el principio
me cegó.

Ahora la reina de Cartago
aceptará el sufrimiento como aceptó la gracia:
que las Parcas te hagan caso
es una distinción, después de todo.

O habría que decir: honrando el deseo,
ya que las Parcas también se llaman así».




De "Vita Nova"

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