1.9.21

Mary Jo Bang. Septiembre

Septiembre es llegar a la médula
de argumentos y controversias...
prejuicios e incomprensiones.
Qué podré amar si no aquello
que fue enigma?
Los años de la infancia, dice la memoria,
y ahí estamos, con el demonio
del arte de vivir
esbozado en el cristal de una ventana.

En la belleza de una noche de mayo,
a la luna nueva, a la lumbre de un candil,
se perfilaba
un paisaje casi abandonado. Yermo
pero no yermo del todo. Resultan fascinantes,
esos misteriosos sentimientos revelados.
Enigma de una tarde de otoño, cuadro
que es una composición 
del ojo de mi mente. Cada hora

que me paso ante ese cuadro
todavía veo aquel momento.
Sin embargo, ese instante es un enigma
para mí, y tiene mucho de inexplicable.
Las cosas físicas se ocultan en la arquitectura
del suceso. El enigma de una maqueta,
de una sombra, el fantasmal y eterno aspecto
del momento. Alabado seas por resultar
una gran caja de sorpresas,

tu cabeza el escenario de un maravilloso teatro
del mas tierno gris de la niebla
que une el cielo con la tierra.
Un revoltijo de verdad y memoria,
mitología e iconografía,
contemplo con el ojo
de la mente la ciudad que se acomoda
a ese hermoso día que ahora es infinito.
Se hace más intenso. Comienza. El método cíclico.

La memoria no es algo vivo; es una maqueta
y eso la hace odiosa. De todos modos, no es una ficción,
es una verdad, de hecho una triste y monstruosa verdad.
Yo fui asignada a ti, juntos fuimos
un maravilloso y melancólico cuadro.
Este último cuadro es el cumplimiento
del abrumador instante
en el que el ojo lúcido te percibe como un ahora
que ha terminado. Un ahora fijado ahora
en el barrido del pasado.


De "Elegía"
    

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