23.10.17

Siri Hustvedt. Elegía para un americano

Mi hermana decía que fue "la época de los secretos", pero con el tiempo he llegado a la conclusión de que lo importante de aquellos años no era lo que había sino lo que faltaba. En una ocasión una de mis pacientes dijo: "Tengo fantasmas que deambulan dentro de mí, pero no siempre hablan. A veces no tienen nada que decir." Sarah solía entrecerrar los ojos o mantenerlos casi siempre cerrados porque temía que la luz la cegara. Creo que todos llevamos fantasmas dentro y que es preferible que hablen a que no lo hagan. Una vez muerto mi padre, ya no pude volver a conversar con él en persona, pero continué haciéndolo en mi mente. No dejaba de verlo en sueños ni de oír sus palabras. Sin embargo, lo que habría de mantenerme ocupado durante un largo periodo de mi vida fue lo que nunca nos dijo, lo que nunca nos contó. Al final resultó que él no era la única persona que guardaba secretos. Fue el seis de enero, cuatro días después de su entierro, cuando Inga y yo encontramos la carta en su estudio.


Principio de "Elegía para un americano"
    

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