Su voz, que conozco tan bien, tiene dos maneras de decir «tesoro», palabra que me encantaba ya mucho antes de hablar ni de saber lo que significaba. Y pronto empecé a distinguir también que unas veces me llegaba rodeada de rayos de sol como en el dibujo y otras entre nubes de impaciencia y desgana. Luego he pensado que la magia de ciertos sonidos depende del hueco del alma de donde salgan.
De "Los parentescos"
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