4.7.18

Sharon Olds. Saberse abandonada

Si paso por delante de un espejo, me vuelvo,
no quiero verla a ella,
y ella no quiere que la vean. A veces
no veo exactamente cómo seguir con esto.
Con frecuencia, cuando me siento así,
a los pocos minutos estoy llorando, recordando
su cuerpo, o una parte de él,
a menudo la trasera, una parte suya
en la que pensar ahora mismo, atractiva, sin demasiado
detalle, y su espalda vuelta hacia mí,
Después de las lágrimas, el pecho duele menos,
como si, en nuestro interior, alguna diosa de lo humano
nos hubiese acariciado con un derrame de ternura.
Supongo que es así como la gente sigue adelante, sin
saber cómo. Estoy tan avergonzada
ante mis amigos -saberse abandonada
por quien, supuestamente, mejor me conocía,
cada hora es un lugar para la vergüenza, y yo estoy
nadando, nadando, manteniendo mi cabeza alta,
sonriendo, bromeando, avergonzada, avergonzada,
es como estar desnuda entre gente vestida, o ser
una niña y tener que comportarte
mientras odias las condiciones de tu vida. Ahora en mí
hay un ser que es puro odio, como un ángel
de odio. En la pista de bádminton, ella tuvo
su oportunidad, pura como una flecha,
mientras a través de los ojales de mi blusa los mosquitos
mordían carne que ahora nadie parece
tener ganas de tocar. En el espejo, el torso
se ve como una mártir de póster con urticaria,
o una jarra de nata manchada con ortigas o patas de gatito,
lleno de la leche de la ternura humana
y de crueldad, y nadie hace cola para beber.
Pero mirad! Estoy empezando a dejarlo de lado!
Creo que no va a volver. Al creerlo,
algo ha muerto de una vieja bruja en una de dos camas idénticas
mientras una criatura nace en la otra. Ten fe,
viejo corazón. De todos modos, qué es vivir
sino morir,


De "El salto del ciervo"
      

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