Fue el título lo que me hizo pensar. Persuasión. Mi madre lo estaba leyendo para la próxima reunión del club de lectura con los otros Cisnes y me habían invitado a mí, Mia, a la señorita licenciada, para que dijese unas palabras de introducción. Una historia de amor pospuesto, de amor encontrado, perdido y reencontrado. La protagonista de la novela de Jane Austen se deja persuadir de que debe abandonar A SU AMADO. Persuación: influir, inclinar, mover, inducir, minimizar, provocar, engatusar, convencer, las palabras afectan, sobre un punto débil. Los hombres destilan palabras melosas mientras seducen a las mujeres para que abran las piernas, el dulce parloteo que vence la resistencia femenina. Las mujeres arteras empujan a los hombres a cometer tal o cual crimen; la fría y seductora del cine que esconde en el bolso un pequeño revólver de culata nacarada. La Rosalind Russell que hablaba a toda prisa y que espeta un río de palabras a Cary Grant en Luna nueva. El amor es un combate verbal. Sheherezade no deja de hablar para seguir viva una noche más. Los trovadores vagan y cantan para obtener los favores de una dama. La conseguiré con palabras y música. Tornaré la anatomía humana en rosas, estrellas y mares. Diseccionaré el cuerpo de mi Amada en metáforas. La alabaré. La atraeré con mi ingenio.
De "El verano sin hombres"
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