se entrelazaba un cabello de plata:
distraída lo arranqué,
y apenas supe que estaba allí.
Enroscado en mi manga de terciopelo
como una serpiente siseó:
"Podrás arrancarme y arrojarme,
un cabello apenas se echa en falta;
pero qué harás en el cercano día
en que todas las tropas del invierno
se congreguen para la batalla?"
De "La oscuridad radiante"
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