La pregunta es si podemos o queremos renunciar completamente a las capitas de esa sedimentación cultural; si podemos hablarnos solo con nuestras nuevas propias palabras renunciando al lenguaje del "opresor". "Lo necesito para hablarte", nos susurra Adrienne Rich.
Imaginar un tiempo de silencio
o pocas palabras
un tiempo de química y música
los hoyuelos por encima de tus nalgas
que mi mano recorre
o el pelo es como la piel, dijiste
una época de largo silencio
alivio
procedente de esta lengua el bloque de caliza
un hormigón reforzado
fanáticos y mercaderes
arrojados a esta costa de verdor salvaje de arcilla roja
que respiro una vez
en señales de humo,
soplo de viento
el conocimiento del opresor
este es el lenguaje del opresor
y sin embargo lo necesito para hablarte*
Yo también lo necesito. Si renunciase a él, sentiría que me corto los dedos de la mano uno tras otro como en una película sobre la yakuza.
*Fragmento del poema "Arden papeles en vez de niños"
De "Monstruas y centauras"
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