Pensé: «Las cosas nunca volverán a ser como antes, mamá nunca volverá a ser como antes, yo nunca volveré a ser como antes, la vida nunca volverá a ser como antes...». Y no podía parar de pensar estas frases, una y otra vez y otra, hasta que la sospecha de tornó certidumbre y el velo de tristeza se trocó en pena agobiante: «No, las cosas nunca volverán a ser como antes...».
De "Tú no eres como otras madres"
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