caen, caen,
atraviesan la profundidad
del agua y se posan
en el lecho llano
del pozo hasta que,
consumado todo
el descenso, se completa
la absoluta transparencia
del agua, despejada
de sus constelaciones
de arena brillante.
Es este
el sitio al que te ha
traído la meditación?
La transparencia
vista en sí misma
como si su esencia
no fuera, después de todo,
permitir la
percepción de lo otro, no de sí?
Con una vara
de sauce vuelvo
a turbar la charca de ensueño,
oscuras nebulosas
se forman y desintegran,
los granos
sueltos vuelven
al ritual del descenso,
lenta, lenta,
y otra vez
se hace la paz,
y el misterio
de esa claridad
tan pura, es agua de verdad,
o aire, o luz?
De "Arenas del pozo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario