mientras ardan las estrellas nocturnas;
mientras la tarde derrame su silencioso rocío
y la luz del sol bañe en oro la mañana.
No debería haber desesperación... pero las lágrimas
puede que fluyan como un río:
no están aquellos a quienes más quisiste
alrededor de tu corazón para siempre?
Ellos lloran, tú lloras, así debe ser;
los vientos suspiran cuando tú suspiras,
y el invierno su pena sepulta bajo la nieve
donde yacen las hojas caídas del otoño;
sin embargo, estas reviven, y de su destino
tu destino no puede separarse:
emprende, pues, el viaje, aunque no sea agradable,
corazón que nunca se ha roto.
En "Poesía completa"
No hay comentarios:
Publicar un comentario