Me preguntó si me acordaba de la señora Dalloway, de lo mucho que nos gustaba la señora Dalloway, que tiraba un chelín al lago de Serpentine, compraba flores en Bond Street y anhelaba vivir de nuevo su vida, vivirla de otra manera, o eso interpretábamos nosotras.
Del relato "Manhattan Medley"
en el libro "Objeto de amor"
No hay comentarios:
Publicar un comentario