con ayuda de una balaustrada oxidada,
encuentro el camino de mi mejilla y mi hombro,
encuentro el camino de mi ternura:
hierro y carne.
El resto son banderas
que ondean silenciosas, interrogando fuera y dentro,
en el espacio de la noche, en el espacio del alma:
muerte?
pongo la mano sobre el rostro palpitante
de la noche,
quito un poco de óxido de mi mejilla.
[Lys, 1962]
En la antología "Poesía nórdica"
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