por primera vez
sobre mi rostro
roces
que sentí
durante varios días
no hay vida
sin expectativas
ni salto
sin impulso
ni caída
profunda
sin el salto
tus dedos
por primera vez, lentos
roces
que sentí
durante varios días
no había otra cosa real
el calor
presiona para salir
no hay alegría
ni canción exaltante
en las que estallar
si la luz no
llega a entrar en mis espacios
y permanece inmóvil
como columnas de sol
si tus ojos no
me hacen soltar todo
sólo una vez
es la primera
pero yo sueño en días más largos
contigo
tus dedos
que acarician todo lo que te rodea
me hacen ver
lo que pueden hacerme a mí
me zumba el pecho
me zumba el pecho
tus dedos
tan cuidadosos
y sin embargo
la sangre en golpes inmensos
un agua viva de felicidad
tus labios
primero tanteando
las ávidas huellas de la lengua en la nuca
[Springflod, 1985]
En la antología de "Poesía nórdica"
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