esos somos nosotros.
Si a uno ama su mujer, ése eres tú.
Si una mujer feliz es por un hombre,
conmigo competid, si osáis, vosotras.
Tengo en más a tu amor que no lo apagan ríos,
que sólo el galardón del tuyo anhela.
Tal es tu amor que cómo lo devuelvo?
Rezo porque los cielos te compensen.
Mientras vivamos, pues, perseveremos
en el amor: que cuando no vivamos
aún vivos sigamos para siempre.
En "Poe y otros cuervos. Primeros poetas norteamericanos"
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