Prólogo: carta abierta a mi hijo
Cara A: ahora
Cuente como cuente esta historia, es mentira, así que te pido que desconectes el dispositivo que repite a intervalos dentro de tu cabeza lo vieja y espesa que estoy. Es cierto que, si comparamos mis cincuenta con tus veinte, mi cerebro sale mucho peor parado. Tu motor para el recuerdo es muy superior, como me señalas a menudo.
Del prólogo de "Iluminada"
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