31.1.23

Dorothea Tanning. No hay nieve

1

Nada como una buena nevada
         para hacerte creer 
            en el invierno.
   Algunos la esperamos
               como niños. Y ahora
         ya es abril.
   "Aún hay tiempo", insisten los
         soñadores del servicio meteorológico.
   Nos dijeron ayer
      que empezaría a nevar 
            mañana por la mañana.
      Podría hoy ser mañana?
   
   Podría esta mañana de abril,
         volverse del revés
como prueba de que saben su oficio?
   
    
2
    
Al empujar la
         puerta del supermercado
   reparte ésta su consabida
         ráfaga de aire helado,
y aquí está!, un copo perfecto
      en mi manga.
Dentro, cayendo trémula
         desde ninguna parte,
   una fina nieve lo cubre todo.
         Un café caliente en
            la cafetería. 
      Trata de pensar en
        algo más,
            como: "Deja de temblar..."
    
    
3
    
Por supuesto:
         mi radiografía
            en el hospital...
         Abrochándome,
           Cruzo el vestíbulo. 
             Los copos
                juegan
   con el aire
         como si
      no tuvieran intención de cuajar.
   En este templo de cuidados
         y cura
      la nieve se arremolina aquí y allá
         en pasillos, ascensores,
   hasta en una planta 
            con pacientes en cama
         inmóviles 
           bajo mantas 
          de algodón y nieve.
         Y yo estoy de pie?
            Estoy tumbada?
               Respiro?
         Desde alguna parte
            una voz,
               "Su radiografía está bien".
         Cae la nieve tan densa
              que no veo
           a mi interlocutor.
Tal vez el tiempo pasa,
         tal vez
            no.
      Un paso vacilante entre copos
         que soplan hasta un
            ascensor.
         Me deposita 
           como un cubito de hielo cerca
      de la entrada.
Allí la nieve amontonada
   bloquea las puertas y
      soy una multitud...
Los guardias ayudan a despejar
      el camino de salida a esta
         tarde apacible.
    
    
4
    
Otro café, 
   -y una idea:
      Eso es, una buena película.
Diez películas en los multicines...
   Elijo-
      mi actriz favorita...
Pequeña sala
       tristona
   Espectadores arrebujados
         bajo abrigos de pluma
      gorros de lana.
   Ruge la banda sonora. 
      La pantalla va
         de pared a pared,
   su desierto descampado casi
      visible detrás
         de nuestra sala bruñida de nieve.
   Y aquí, en el
      más blanco 
         de los paisajes,
         perros de trineo
           rescatan a mi actriz
          favorita.
         "Fin"
            de mí 
día.
   Arrastro mis huesos
      y mis ojos
         hasta la salida.
Mientras la tarde me acompaña a casa,
      todavía es abril...
         y hoy es mañana todavía.


De "Si llegamos a eso"
     

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