En el mismo orden de cosas, la maternidad se ha vuelto una experiencia femenina ineludible, valorada por encima de cualquier otra: dar la vida es fantástico. La propaganda "promaternidad" nunca ha sido tan martilleante. Menudo camelo, el método contemporáneo y sistemático de la doble obligación "tened hijos, es fantástico, os sentiréis más mujeres y más realizadas que nunca", pero hacedlo en una sociedad decadente en la que el trabajo asalariado es una condición de la supervivencia social, aunque no está garantizado para nadie, y menos para las mujeres. Traed hijos a ciudades donde la vivienda es precaria, donde el colegio se da por vencido, donde se somete a los niños a las agresiones mentales más perversas, a través de la publicidad, de la televisión, internet, las empresas de refrescos y todos sus colegas. Sin niños la alegría femenina no existe, pero criar a los niños en condiciones decentes es casi imposible.
En el libro "Teoría King Kong"
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