5.7.19

Forugh Farrojzad. Desertora

No sé qué quiero, Dios mío,
no sé, día y noche, qué persigo,
qué busca mi mirada fatigada,
por qué en mi pecho arde tanta pena.
  
Rehúyo toda compañía,
en un rincón me humillo,
sigilosa y apagada,
y mis ojos naufragan en lo oscuro
mientras late mi pecho malherido.
  
Deserto de esa gente que cuando está conmigo
finge sinceridad y palabras de aliento,
pero después me acusa y me difama
desde lo más profundo de su ruindad.
  
Deserto de esa gente que al oír mis poemas
se abre ante mis ojos como flores perfumadas,
pero a solas, de puertas para dentro,
me llama loca y casquivana.
  
Ay, corazón, corazoncito mío, tan insensato
que ardes en las hogueras de la hipocresía,
no te indignes ya más por esa chusma. 
Y tú, pon fin a tanta insensatez, Dios mío.
   
   
De "Cautiva"
En el libro "Eterno anochecer. Poesía completa"
    

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