Ella no pensaba de forma conexa en esas cosas mientras aguardaba a Harney, pero permanecían en su mente como un hosco telón de fondo contra el cual las cortas horas que pasaba con él flameaban como los incendios forestales. Nada más importaba, ni lo bueno ni lo malo, o lo que podría haber parecido que lo era antes de conocerlo a él. Harney la había recogido y llevado al interior de un mundo nuevo del cual, a horas señaladas, el fantasma de ella regresaba para realizar ciertos actos acostumbrados, pero era todo tan tenue e insustancial que a veces se maravillaba de que las personas entre las que se movía pudieran verla...
De "Estío"
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