15.3.20

Emma Goldman. Sobre Rebecca West

Mi nota a Rebecca West me trajo de vuelta una especie de respuesta y una invitación para almorzar. Me sorprendió agradablemente no encontrar nada de inglés en sus modales. Si no hubiera sido por su forma de hablar, hubiera creído que era oriental, de tan vivaz, dispuesta, encantadora y directa. Su actitud afectuosa, la comodidad de su habitación y el té caliente se agradecían tras un largo paseo bajo el frío de la tarde otoñal. No había leído mis escritos, confesó con franqueza, pero sabía lo suficiente de mí como para añadir su bienvenida a la de los demás, y estaría encantada de hablar en la cena. También organizaría una velada para que sus amigos pudieran conocerme. Y no debía dudar en llamarla para cualquier cosa que necesitara. Salí de casa de mi anfitriona con la sensación confortable de que había encontrado una amiga, un oasis en el desierto que me parecía Londres.


De "Viviendo mi vida. Volumen II"
    

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