El callejón sin salida estaba mal pavimentado, lleno de hoyos y baches, bordeado por aceras estrechas parcialmente destrozadas. Avanzaba como un dedo agrietado entre unas residencias particulares de uno o dos pisos, apretadas unas contra otras. Al fondo, el callejón quedaba guillotinado por dos verjas llenas de miserables hierbajos.
Principio de "Las palabras para decirlo"
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