He dejado mis palabras
entre la flor del almendro
y he dormido mis caricias
azules en tu recuerdo.
Se ha recogido en mi mano
la desnudez de tus besos:
Abril, tu alegría es dulce
como trino de oro y verso.
Cuando tú me veas anclada
en el anillo de un puerto,
Abril, Abril, vestirás
de castidad nuestro encuentro.
(De Canciones de Mar y Luna, 1944)
En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"
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