Sí; yo me moriré. Me iré muriendo
callada y diariamente.
Mis labios y mis ojos
y esta llama gigante que me abrasa la frente.
Sí; yo me moriré. Vendrán los jóvenes
con sus sueños antiguos y recientes.
Otra muchachas, como yo, cantando,
dirán al mundo su dolor ardiente.
Pero yo moriré. Me iré sin ruido;
no dejaré memoria entre la gente.
-"Susana March? Quién era?"- Allá, en mi tumba,
se irá borrando el nombre lentamente.
Y pasarán los siglos como un viento
desatado y potente,
se mudarán los hombres y las cosas,
vendrán otras ideas y otros seres.
Pero mi corazón atormentado
se aferrará a la vida
en cada rama verde
y gritará: "Yo soy!
Reconocedme!"
(De Ardiente voz, 1948)
En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"
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