Empedrar
el fondo de los lagos.
Volver al aula
de la que huiste.
Ir otra vez
a la vereda de confesión.
A la poesía que sirvo es vivir.
Vivir primero, después la mano
que fabular pueda y sepa hacerlo
cuanto más mejor.
Que mi laberinto de algas
agrande lo que llevo escrito,
Abel revuelto con Caín,
qué más da.
(De No escribir, 1999)
En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"
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