Siempre había pensado que ocurriría así, que alguien la miraría y la amaría absoluta y desesperadamente. Al mismo tiempo había pensado que no, que nadie la querría jamás, y hasta ahora nadie se había interesado en ella. No puedes hacer nada para que te quieran, es algo que se da, y cómo sabes si va a darse? Se miraba en el espejo y pensaba: "Esposa", "Cariño", esas palabras suaves, bonitas. Cómo iban a referirse a ella? Era un milagro; era un error. Era lo que siempre había soñado; no era lo que quería.
De "Quién te crees que eres?"
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