11.7.20

Christine de Pizan. El libro del duque de los verdaderos amantes

Aquí comienza El libro del duque de los verdaderos amantes


Aunque mi ocupación no fuera esa,
ni tuviera intención
de escribir, por ahora, versos
de amor, que en otro asunto
que mucho más me agrada
había puesto toda mi atención,
yo quiero sobre ajenos sentimientos
en este instante comenzar
una nueva obra, pues me lo pide alguien
que, sin necesidad de ruegos,
puede ordenar a quien muy por encima
del rango mío está: es un señor
al que bien debo obedecer.
Así, ha querido confesarme,
por su gracia, el dolor,
ya fuera sensatez o sinrazón,
en que tantos inviernos y veranos
largo tiempo permaneció
por Amor, a cuyo servicio
su corazón en prenda sigue aún;
pero no quiere que lo nombre:
le basta ser llamado el duque
de los verdaderos amantes,
que esta obra hace para ellos.
Le place pues que cuente
así como él me cuenta a mí,
las duras penas y los gozos,
los hechos, los extraños pasos
por los que ha andado
hace ya varios años.
Así, ahora que la primavera
vuelve, quiere que escriba sobre eso
una nueva obra, y yo lo acepto,
pues sé que es tal y tan sensato
que su benevolencia
bien se conformará
con la debilidad
de mi pobre imaginación;
con su consentimiento, pues,
yo diré en su lugar
lo que ocurrió, del modo en que lo cuenta:


Principio de "El libro del duque de los verdaderos amantes"
    

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