19.1.21

Audre Lorde. Para cada una de vosotras

Sé quien eres y serás 
aprende a apreciar
el bullicioso Ángel Negro que te lleva
arriba un día y abajo otro
protegiendo el lugar de donde surge tu potencia
fluyendo como sangre caliente
del mismo manantial
que tu dolor.
   
Cuando tengas hambre
aprende a comer
lo que sea que te sostenga
hasta el día siguiente
pero no te dejes descarriar por los detalles
simplemente porque los vives.
   
No dejes que tu cabeza
niegue tus manos
cualquier memoria que pase a través de ellas
ni tus ojos
ni tu corazón 
todo puede ser usado
excepto los desperdicios 
(tendrás que recordarlo
cuando se te acuse de destrucción).
Incluso cuando son peligrosas 
examina el corazón de esas máquinas que odias
antes de descartarlas 
y nunca plañas la carencia de su poder
no vaya a ser que te condene
a revivirlas.
Si no aprendes a odiar
nunca estarás 
lo bastante a solas
para amar sencillamente 
ni serás siempre valiente
aunque no se vuelva más fácil.
No finjas creencias oportunas
incluso cuando son justas
no serás nunca capaz de defender tu ciudad
mientras vociferas.
   
Recuerda que nuestro sol
no es la estrella más destacada
sino la más cercana.
   
Respeta cualquier dolor que traigas de vuelta
de tus sueños
pero no busques dioses nuevos
en el mar
ni en parte alguna del arcoíris.
Cada vez que ames
ama profundamente 
como si fuese
para siempre
sólo que nada
es eterno.
   
Habla a tus hijas con orgullo
dondequiera que las encuentres
explícales 
que desciendes de esclavas
y que tu madre
fue una princesa
en la oscuridad.


De From a Land Where Other People Live (1973)


En la antología "Entre nosotras"
       

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