26.9.20

Banine. Los días del Cáucaso

A diferencia de ciertas personas dignas, nacidas en familias pobres, pero que eran familias "bien", yo nací en el seno de una familia que no era para nada una familia "bien", pero sí era muy rica. Tanto que resultaría escandaloso de no ser por el hecho deplorable, pero justo, de que dejó de serlo hace ya muchos años. "Y por qué su familia no era una familia "bien"?", me preguntarán quizá con amabilidad, comentario este que implicaría cierto interés hacia mi perdona. Pues bien, porque, por un lado, mi familia solo es capaz de remontarse en su estirpe hasta mi bisabuelo, que respondía al bonito nombre de Asadulá, que significa "amado por Alá"; un nombre predestinado porque, campesino de nacimiento, mi antepasado murió millonario gracias al petróleo que brotó de su campo sembrado de piedras entre las que pastaban -no se sabe qué- su rebaño de ovejas. Y también porque mi familia contaba con miembros turbios en extremo, en cuyas actividades sería preferible no extenderse. 



Principio de "Los días del Cáucaso"

    


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