10.10.20

Isla Correyero. La limpiadoras. 19 de mayo de 1995

Impasible, dura, triste, preservada del desprecio,
asisto a la limpieza de la habitación.
   
Las dos mujeres, imantadas por el ojo negro
de la bolsa van echando cucharas, frascos,
peladuras de fruta, pan y sombras.
   
Nada llama su atención. Los enfermos son otra
basura en movimiento.
   
Oh, vosotras, a quien no puede el dolor de
los escombros,
la picadura de la melancolía, el tiempo de la angustia!
   
Salen hablando, riendo,
se pierden por el pasillo de los pasos perdidos.
   
Han marcado la habitación con el olor boreal de la lejía.
   
Mi padre, paciente y distinguido, domina todo
el reino de la madrugada.
   
Mi uniforme de enfermera le limpia el corazón.


(De Diario de una enfermera, 1996)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"
    

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