3.11.20

Esther Tusquets. Confesiones de una vieja dama indigna

Las viejas damas indignas no se confiesan

Tal vez sería más exacto decir que las viejas damas indignas no debieran confesarse, ni explicarse, ni justificarse, ni dar testimonio ni dejar memoria de nada. Sin embargo, aquí estoy yo, empezando mi tercer libro de memorias. Seguramente no he alcanzado todavía el grado de insumisión suficiente para sentirme liberada de un tipo de compromisos contraídos mediante tramposas coacciones, ni para ingresar, como a veces me gustaría, e  la cofradía de viejas damas indignas. 


Principio de "Confesiones de una vieja dama indigna"
    

No hay comentarios: