La noche del tres de diciembre el viento cambió y llegó el invierno. Hasta entonces el otoño había sido tranquilo, suave. Las hojas resistían en los árboles, rojas y brillantes, y los setos seguían siendo verdes. Allá donde el arado la había levantado, la tierra era fértil.
Debido a una herida de guerra, Nat Hocken recibía una pensión y no trabajaba en la granja a tiempo completo. Trabajaba sólo tres días a la semana y le encargaban los trabajos menos pesados: cubrir con paja los tejados, arreglar los cercados, reparar los distintos edificios de la granja.
Aunque estaba casado y tenía dos hijos, era una persona solitaria; prefería trabajar solo.
Principio de "Los pájaros"
uno de los relatos de "Los pájaros y otros relatos"
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