Con tal de sobrellevar los días, a veces gimes como un ciervo. A veces suspiras. El mundo dice Para ya. Otro suspiro. Otro Para ya. Los gemidos provocan risa: los suspiros molestan. Tal vez los suspiros afloren para cortarte las alas, para arrastrarte bajo el agua, quién sabe; a decir verdad, serías incapaz de controlar esos suspiros igual que no controlas aquello que los causa.
De "Ciudadana. Una lírica estadounidense"
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