9.6.21

María Nicolasa de Helguero y Alvarado. Décimas a las damas del siglo ilustrado

Está padeciendo ultraje
la noble lengua española;
déjenla, déjenla sola
usar su puro lenguaje.
Por qué se ha de dar pasaje
a los términos extraños?
Mejor en nuestros antaños
se explicaba el pensamiento.
Tendremos el escarmiento
antes de muy pocos años.
   
Las tropas de presumidas
todo lo van destruyendo,
y críticas van creyendo
las tienen por entendidas.
Juzgan estar instruidas
con tal cual corta lección,
y que de la erudición
gozan todos los primores.
Tal disparate, señores,
no lo pensó Cicerón.
   
Ya miden con un compás
el zodiaco allá en la esfera.
Pues qué mucho que en la tierra
se atrevan a mucho más?
En los atlas las verás
(qué ocupadas, qué gozosas!)
viendo provincias hermosas,
montes, selvas, valles, ríos,
y dando en mil desvaríos
por parecer estudiosas.
   
Los prodigios de Natura,
de Tracio los instrumentos,
de Uclides los elementos,
del gran Titán la estructura
es pábulo a la cultura
de feminea inclinación;
y de todo hacen gestión
en la corte y las aldeas:
y más presumen las feas
porque más críticas son.
   
El tener figura de osas
y melenas de león
es el ilustre blasón
de las damas melindrosas.
Las frentes más espaciosas
quieren fieras emboscar.
No se debe dar lugar
a esta moda acá en Castilla,
porque al verla en su costilla,
Rasura tendrá pesar.
   
Con las serpientes enroscadas,
producción de las pelusas,
se empeñan en ser medusas
las señoras ilustradas.
Con este hechizo adornadas
hacen piedras a las gentes;
de las orejas pendientes
están de varias cadenas,
insensibles a las penas
que dan estas delincuentes.


De "Empeño de ser Medusa"
   

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