Para cambiar de tema, Rose Macaulay cenó aquí la semana pasada -con el aspecto de un perro pastor flaco- atolondrada, humilde, una profesional en toda regla, justo en el lado intelectual de la frontera. Aunque podría ser religiosa: tal vez mística. En absoluto dominante o imponente: diría que observa más de lo que uno cree. Pálidos ojos claros, místicos. Como la belleza de una luna desvaída, ah! & mal vestida. Supongo que no nos volveremos a encontrar porque vive con Royd Smith & porque, en cierta manera, no se entendería con nosotros.
Del segundo tomo del Diario
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