Gente de Shayban, ofreced refugio a nuestros vecinos!,
parece que los árabes han olvidado esa honrosa tradición.
Envuelta en mis ropajes, adornada con ajorcas y collares,
a una noble mujer, contra los de Cosroes, he dado protección.
Afilad las espadas, enderezad las lanzas, jóvenes y ancianos,
disponeos a defenderla en batalla, por vuestro honor!
Shayban es mi pueblo, no hay tribu más valerosa
ni guerreros que se lancen al combate con tanto ardor.
Generosa es mi gente auxiliando al desamparado,
así como mi vida protege, con el mismo tesón.
A repeler ataques de enemigos y asaltos de adversarios,
los hijos de mi padre acuden prestos sin ningún temor.
Pueblo de Shayban!, por tu honor en el mundo eres reconocido,
los favores que prodigas en ningún lado tienen parangón.
En "Gacelas de arena. Poesías árabes de la Edad de Oro"
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