12.12.21

Louise Glück. III

De noche siempre siento el océano
morder mi vida. Por
la ensenada, en esta red
de bahías, y más. Insalubre.
Y más, entumecida
en las oleadas de burbon 
de tu aliento
me hago un nudo...
A lo largo de la playa llegan
los peces. Sin piel,
sin aletas, las desnudas
moradas de sus cráneos 
aún fijas, se apilan
con el resto de desechos.
Cáscaras, cáscaras. Lunas
silban en sus bocas,
a través de jadeantes mejillones.
Carne arrancada. Y moscas
como planetas, conchas cerradas
tintinean a ciegas a través
de las verónicas del oleaje...
La cosa
eclosiona. Mira. Los huesos
ceden para dejar paso.
Está oscuro. Oscuro.
Ha traído un cuenco para recoger
los trocitos del bebé. 


De "Primogénita"
   

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