Soñé con un autobús que sólo transportaba
los sueños. Ahí, en la parada, estaba la gente
despidiéndolos con nervios, temblando,
como a niños pequeños enviados
por primera vez solos.
El autobús estaba completamente vacío.
Sólo a primera vista. La puerta siguió abierta por mucho tiempo.
Alguien de la parada muy en sus adentros incluso
le pidió a su sueño no permitir
que abrieran las ventanillas pensando en la corriente.
O en la desaparición.
Alguien de la parada muy en sus adentros
se arrepintió pensando que ése no era
un buen sueño para mandarlo, así como así, a lo desconocido.
Alguien de la parada llevaba consigo
la mitad de un chocolate mordisqueado a horas tempranas
creyendo que su sueño necesitaría el dejo de dulzura.
Era terrible y difícil dejar ir los sueños de uno
a alguna parte donde
tal vez se fueran a sentar solos al volante.
Pero lo más terrible para cada quien fue que
tal vez en ese bullicio justamente su sueño
se confundiera con otros.
De Meteorski otpad (KC Novi Sad, 2013)
En la antología "Ligera vuela la sombra.
Diecisiete poetas serbias (1957-1989)"
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