22.9.22

María Zambrano. El espejo de la aurora

En la noche más cerrada y oscura del firmamento que llamamos cielo, sin que se sepa el porqué, se trasforma su lisa negrura en un espejo. Ni luna ni estrellas andan en ello, y no hay que preguntarse, en este caso, por qué esta noche, del alma también, y ante todo, es el espejo, el fondo de un espejo, de una vida, de vida y de ser; espejo ni tan siquiera velado, rasgado velo de la luz que no cesa. Y entonces palabra no hay; aunque fuera en el más hondo abismo de la tierra, en el más afligido corazón, se da el espejo de la luz que no cesa. Y como no permanece, mas ha de volver, es también una aurora allí en el polo, en el centro de la oscuridad y la mudez, del silencio, del olvido del no-ser.


En "De la Aurora"
    

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