A menudo oigo esa voz: Sí, lo he comprendido: Carl está muerto.
Así son las cosas. La vida sigue. Y luego pasan dos horas y me echo a llorar encima de la mermelada de albaricoque porque me he acordado de cuánto le gustaba a él la de naranja y que una semana antes de su muerte mi madre le regaló un frasco. Lo encontré en su cocina, empezado, cuando vaciamos su casa. El torbellino que describe Joan Didion en El año del pensamiento mágico: apenas un jirón de un recuerdo que lleva de vuelta al pasado, al tiempo anterior al duelo.
De "Si la muerte te quita algo, devuélvelo"
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