12.2.23

Hadewijch. Canción 2

Dentro de poco,
de la raíz ascenderá la savia.
Así, a lo largo y ancho
verdecerán los pastos y las plantas.
De esto estamos ciertos: 
los pájaros se complacen.
El que entra en liza con amor
pronto podrá vencer,
si no se esquiva.

Quien por alto amor no ahorra esfuerzos
obra bien en lo que hace.
Amor es virgen y noble reina
que enfervoriza a muchos,
de modo que sus dones
reaniman en ellos fuerza y ardor,
por los que distingue sus acciones.
Por fiera que se muestre,
quien ama vencerá. 

Todos la llaman amor y señora
por ser la madre de toda virtud.
Ella sola preñada lleva la lealtad
que a vosotros los amantes os da fuerza.
Ella sola nos ha alegrado
y ha curado de toda pena.
Le ruego que indulgente nos considere
y haga adulta nuestra juventud,
de modo que nos done el amor eterno. 

Que dulzura atesora amor,
que vence a toda otra fuerza!
Quien ama pasa por aventurar penosas.
Antes de conocer su carácter 
para llegar a ser su amado,
cata lo amargo y cata lo agrio.
No puede resistir más de una hora
antes de que amor lo ate 
y lo conduzca a la fruición. 

Quien anhela la fruición de amor
ha de vencer su pena.
El herido por amor no puede morir
-amor* quiere decir "sin muerte"-,
el que consuma lo que amor ordena
y que no falla en el quehacer.
Amor es opulencia pura.
Es el pan vivo; su sabor
supera toda delicia.

Se me han tocado en apuros llantos
las nuevas canciones mías
que largo tiempo iba cantando
en verso hermoso sobre amor.
Yo no estaba a la altura;
me apena y duele tanto
que yo no pueda abarcar
toda su fuerza indomable
y fruir un amor que abruma.

Basta de celebrar al amor noble;
el resto de mis días me voy a callar,
antes solía alegrarme
mientras cantaba o hablaba,
cuando su rica lección 
me ponía la cara radiante;
ahora estoy acongojada,
partido el corazón. 
Envejezco y me abato.

Tanto me ha hecho sufrir amor
que he perdido la fuerza vital
-antes él me llevó a su escuela,
donde sorbía sus secretos sabios,
de los que luego me privó
y que ahora me ha ocultado-.
Aun así, acepto errar,
pues amor nunca ha renegado
de lo que a mí me confió.

Si amor quisiera transformar en nuevas
mis jornadas que tan ancianas siento,
dejaría mis llantos
que ahora son innúmeros,
y libre y valerosa viviría por él,
mientras ahora todo es pesadumbre.
Por más que me contente tal perspectiva,
que amor decida, libre, soberano,
a su antojo, sobre mí.

Aunque me duele sobremanera
estar tan desterrada de amor,
a todos los amigos que lo sirven
con lealtad, amor tributa honor,
para que tanto en suerte como en pena
comprendan su lección tan rica.
Quienes lo siguen, perseverantes,
por amor abrazados a amor,
residen en su reino glorioso.

Como la bella rosa que brota
de las espinas, plena de rocío,
superando las penas, ese que ama
podrá resistir los asaltos.
Libre de dudas, crecerá
a pesar de los golpes.
Y mientras el sin alma
va a lo suyo de prisa,
los amorosos viven libres.

Quien quiera abrazar a amor
ha de huir del hipócrita.
Son dulces los ardides,
pero muestran muy pronto
su ficticia lisonja.


De "Canciones"
    

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