28.5.23

May Sarton. La casa junto al mar

Prólogo

Me trasladé a esta casa junto al mar en mayo de 1973 con la idea de llevar un diario para ir anotando las primeras impresiones, una huella fresca de ese cambio tan importante en mi vida, pero, durante un año y medio, el impulso de permanecer en silencio y habitar en el lugar antes de hablar de él fue demasiado fuerte. Durante meses, el mar fue tan apaciguador que en alguna ocasión llegué a preguntarme si había cometido un error fatal y no podría volver a escribir. Diario de una soledad había sido un modo de lidiar con la angustia; acaso la felicidad es más difícil de comunicar; o es que, cuando somos felices, hay pocos incentivos para desenmarañar las experiencias diarias que vamos viviendo? En esa época, me quedé cautivada por algo que había leído unos años atrás sobre el hecho de que los japoneses, cuando atraviesan un periodo de paz, lo único que pintan son abanicos. 


Principio del prólogo a "La casa junto al mar"
    

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