Todos los años, entre el turbión del tiempo,
entre los miles, los millones
de pequeños y de grandes eventos
que caen como objetos perdidos
en el inmenso hueco de los días,
llega la fecha y rasga, con discreta violencia,
la venda. Nos despierta
su desgarro, su pálido sonido.
Y sin embargo,
afuera ladra el perro del vecino,
y los automóviles
no van más lento hoy ni hay ruido de sirenas,
ni gime la manzana
cuando la parte el filo del cuchillo.
De "Los habitados"
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