14.5.23

Virginia Woolf. La espuma de peligrosos mares

Consideremos otro ejemplo. Escritas frente a nosotros, en el vagón del tren subterráneo, se leen las palabras: "No asomarse por la ventana". En una primera lectura expresan el significado útil, el sentido superficial; pero poco después, si continuamos sentados mirando las palabras, veremos que se desordenan y cambian; y empezaremos a decir: "Ventanas, sí, ventanas... ventanas que se abren a la espuma de peligrosos mares, en bellas tierras lejanas y olvidadas*". Y, sin darnos cuenta de lo que hacemos, nos asomamos por la ventana; buscamos a Ruth, que llora entre el maíz extranjero. La multa correspondiente es de veinte libras o un cuello roto. 


*De la Oda a un ruiseñor de Keats
De "Gajes del oficio"
En "La muerte de la polilla y otros ensayos"
    

No hay comentarios: