Tu recuerdo es un pétalo
que se posa en el corazón
y lo alborota.
Adiós, como cada noche,
más allá de las fracturas hay un cadáver
erigido con voces,
parece un fragmento de eutanasia,
pero tú me matas como
siempre, amor,
y vuelves a abrir mis
yacimientos inagotables.
Los sepulcros de Foscolo, los adioses
de ciertas manos que no están enterradas
y emergen en vano de la nada
pidiendo justicia para las palabras.
De "La loca de la puerta de al lado"
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