Hoy hemos comprado la casa junto al pozo.
La adquisición, pendiente de un hilo durante varias semanas de nerviosismo, mientras tratábamos de organizar nuestras imposibles finanzas, se ha formalizado finalmente en el despacho del notario, que es también el juez de paz de esta pequeña isla griega, así como el tasador municipal y el marido de la profesora favorita de mi hijo Martin en la escuela del pueblo: la escuela de Abajo, que se llama así para distinguirla de la de Arriba, en lo alto de la montaña.
Principio de "Los buscadores de loto"
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