11.12.23

Emilia Pardo Bazán. El castillo de la fada

Introducción 

El sol ya se va ocultando:
deja tu labor, María, 
que empleaste bien el día;
no tengo queja de ti.
Enciende el candil tomado
que nuestro hogar ilumina,
y, arreglada la cocina,
siéntate cerca de mí. 
Leyendo estoy en tus ojos.
Quieres oír una historia
de amor, de combate o gloria 
de las que te cuento yo?
O la leyenda famosa
del conquistador Germano?
O la infausta de Atilano
que envenenado murió?
Mas estas ya son sabidas;
y si una nueva pudiera
referirte, yo te hiciera
los cabellos erizar;
y con la vista turbada
y el corazón oprimido,
ver un espectro escondido 
en las llamas del hogar.
Ah! Ya me acuerdo. Oye atenta,
no interrumpas mi relato
pues de referirte trato
un hecho que me contó 
mi madre cuando era niño
en una larga velada;
melancólica balada 
que jamás se me olvidó.


En "Las frases frágiles"
     

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