12.2.24

Mary Oliver. Nuestro mundo

Da igual que conozcas a alguien desde hace más de cuarenta años, da igual que hayas trabajado y vivido con esa persona; no lo sabes todo. Yo no lo sé todo, sé apenas un puñado de cosas que me dispongo a contar. M. tenía voluntad y chispa y seguramente demasiada empatía con los demás; era rápida de palabra y no soportaba la necedad. Cuando la conocías, su amabilidad era incondicional, si bien no deja de ser cierto lo que dijo nuestro amigo el obispo Tom Shaw en su funeral: hacía falta valor para llegar a conocerla. La confianza no era lo que se dice su fuerte, pero sí la lealtad.


Principio de "Nuestro mundo"
    

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